Europa Directo Ciudad Real

La Unión Europea es hoy una realidad, desde la oficina de Europa Directo de Ciudad Real informamos a toda la ciudadanía sobre las políticas de la UE, tus derechos como ciudadano europeo, los programas de estudio y ofertas laborales en otros países de la Unión, así como de aspectos de la cultura y la Historia de Europa. En este blog queremos dar a conocer nuestras actividades, los eventos llevados a cabo desde nuestro Centro o en los que hemos participado, y en definitiva dar a conocer a nuestros lectores la Unión Europea.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Emigrantes y refugiados en la Unión Europea.

En los últimos años, Europa ha vivido la mayor crisis migratoria, el mayor movimiento de refugiados, desde la II Guerra Mundial. Miles de personas que huyen del hambre, la guerra, las dictaduras o incluso las catástrofes naturales llaman hoy a las puertas de la Europa comunitaria buscando respeto a sus derechos más básicos, y en definitiva en busca de una vida mejor, aún a pesar del consiguiente drama humano que todo ello genera y ante el cual no podemos mantenernos impasibles.


Las sociedades cambian, y nada tiene que ver el flujo, moderado en muchos casos pero imparable, de emigrantes que comenzaron a llegar a Europa al terminar la segunda gran contienda mundial con la crisis actual derivada del problema sirio. A ambos fenómenos les une la desesperación de gente que busca una mejora de sus condiciones de vida, aún a costa de perderla en su travesía como desafortunadamente estamos viendo en muchos casos, pero existen algunas diferencias entre ambos fenómenos que cabría analizar:

En primer lugar, la afluencia de emigrantes hasta el momento presente seguía unas líneas, unas rutas, más o menos preestablecidas, que venían marcadas por diversos factores como son los lazos históricos, la cercanía geográfica o incluso motivados por episodios esporádicos de carácter político o económico.

Así por ejemplo, los emigrantes procedentes de países del subcontinente indio, como pueden ser pakistaníes o bengalíes,  se dirigían al Reino Unido, su ex metrópoli, mientras que los trabajadores emigrantes del Magreb prefieren Francia, y del mismo modo los hispanoamericanos se dirigen a España. De entre los emigrantes subsaharianos, los nigerianos se dirigen al Reino Unido, los senegaleses a Francia, los ecuatoguineanos a España, y los etíopes prefieren Italia. Se trata solo de ejemplos de ese factor histórico, íntimamente ligado al fenómeno colonial – aunque no tiene por qué – que citábamos anteriormente, y en la que tiene mucho que ver el compartir un idioma común.


El segundo factor, el de la cercanía geográfica, explicaría por su parte, por qué los emigrantes de la Europa del este y Turquía se hayan asentado tradicionalmente en los países germanos de Centroeuropa (Alemania sobre todo, aunque también, en menor medida, Austria); los magrebíes, sobre todo los ciudadanos de Marruecos, hayan emigrado a España, y los tunecinos y albaneses a Italia, por poner solo algunos ejemplos.


Por su parte, algunos movimientos migratorios de cierta importancia han venido también precedidos o motivados por acontecimientos políticos de carácter puntual, como podría ser el caso de la apertura de fronteras en dictaduras de la Europa del este (el éxodo de albaneses que se dirigieron al sur de Italia, más concretamente al puerto de Bari, tras la muerte del dictador Enver Hoxha) o las persecuciones políticas o religiosas en otras partes del mundo ( el caso por ejemplo de la Uganda del general Idi Amin, donde se decidió la expulsión de la próspera comunidad hindú, que fue acogida por el Reino Unido provocando una crisis diplomática entre ambas naciones, ex colonia y ex metrópoli).

Una segunda diferencia viene dada por la naturaleza de las personas acogidas. Si bien en la mayor parte de los casos anteriores se trataba de emigrantes de carácter económico, en el caso actual se trata de refugiados que huyen de un conflicto bélico, una crisis por tanto de carácter extraordinario que requiere por ello, y por sus dimensiones, soluciones diferentes y de carácter urgente.

Por otra parte, una característica de esta crisis son las consecuencias que está teniendo en los países del este de Europa. Se trata de países en primera línea de llegada de los refugiados, y que históricamente han emigrado pero no han recibido emigrantes, la llegada de refugiados ha constituido un fenómeno prácticamente exclusivo de la Europa Oriental, para estos países que se democratizaron en la década de los 90 supone algo novedoso. Resulta paradójico que surjan en estos países fenómenos de rechazo hacia los que menos tienen, como el racismo, la xenofobia, y el ascenso de partidos o grupos de ultraderecha, con un discurso antieuropeista y contrario a la emigración exterior.


Europa es la región del globo que mayor número de refugiados ha acogido a lo largo de la Historia, entre sus principios el derecho de asilo es fundamental. Disidentes y perseguidos por causas políticas, económicas o ideológicas, han encontrado su hogar entre nosotros, y constituye también la primera región en cuanto a ayuda al desarrollo. No obstante, falta coordinación en cuanto a las soluciones a adoptar, estas deben ser de carácter global, europeo. Ante esta nueva situación se presentan varios retos, unos internos y otros externos: entre los primeros se incluirían las políticas de solidaridad, los cupos de acogida y las políticas de integración en cada uno de los Estados de acogida, y en los segundos destacar la política exterior común tanto para hacer frente a esta crisis (política de asilo común y democrática, prevención del tráfico de personas en las zonas fronterizas) como para actuar, trabajar, cooperar, en el foco originario del problema, en los países de origen de las personas que vienen a Europa buscando en definitiva no sólo una vida mejor, sino una vida digna. 

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