Todos los ciudadanos europeos tenemos cita con las urnas el
próximo 25 de Mayo, para muchos llegará la hora entonces de replantearse la
utilidad de participar en la democracia europea, una democracia que en
numerosas ocasiones se percibe como algo lejano, que no incumbe a nuestra vida
cotidiana, o al menos no lo hace de forma directa. Sin embargo, el pertenecer a
un ámbito democrático, la segunda democracia más extensa del mundo, de
bienestar y libertad como lo es hoy esta unión de 28 países implica ya toda una
serie de derechos, ¿o cabría hablar de ventajas?, de los cual todos nos podemos
beneficiar.
En primer lugar habría que resaltar que la mera pertenencia a uno
de estos Estados miembros nos otorga automáticamente la ciudadanía europea, con
todo lo que ello comporta. Contamos con libertad de circulación y residencia en
todo el territorio comunitario, y el derecho a trabajar o ejercer nuestra profesión
en cualquier Estado miembro en igualdad de condiciones que los nacionales de
ese país. Elementos como la homologación de títulos académicos, la validez del
permiso de conducción en toda la Unión
Europea o la existencia de una tarjeta sanitaria común
facilitan esta movilidad.
Muchos jóvenes, y no tan jóvenes, ven hoy en Europa una salida
laboral o una oportunidad para estudiar y formarse, pero en ocasiones no son
conscientes de lo que ha supuesto en el pasado el eliminar obstáculos para que
esto sea así. Ahora cuentan con programas europeos para estudiar, hacer
intercambios con gentes de otros países, realizar prácticas profesionales, experiencias
de voluntariado, y un largo etcétera.
Quizá otros ciudadanos europeos no vean tan perentorio el salir
fuera de sus fronteras, la
Unión Europea no solo nos dota de derecho a voto sino también
nos facilita el acceso a los documentos y la información generada por sus
instituciones y organismos, y que tanto repercute en nuestra vida diaria, el
saber que podemos contar con instituciones que velan por nuestros derechos,
como la figura del Defensor del Pueblo Europeo, y otras vías de participación democrática
como el derecho de presentación de proyectos de ley.
Por otra parte, no todo se ciñe a la participación democrática y las
oportunidades laborales o de estudios, la mera pertenencia a un espacio
geográfico tan amplio y que cuenta con una gran riqueza cultural y artística,
de la cual nos podemos beneficiar por ejemplo a la hora de viajar y hacer
turismo, es ya de por sí un factor positivo que tiene mucho que aportarnos.